En el mundo del diseño de espacios pequeños, el concepto de ambiente integrado es moneda corriente. Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de un ambiente integrado? Simplemente a un espacio en el que conviven varias funciones: un living que también es comedor diario, una cocina que comparte ambiente con la sala de estar y, en el caso de un monoambiente, hasta con un espacio para dormir.
Y, por más que los metros sean pocos, es de los ambientes más difíciles de resolver.
Hoy te quiero hablar de algunas estrategias para pensar un ambiente integrado de la forma más efectiva, cuando los metros no alcanzan.
1. Contemplá todo lo que vayas a necesitar
Esta es la premisa fundamental para diseñar cualquier ambiente, pero es especialmente clave en espacios chicos (en una búsqueda laboral entraría en categoría "excluyente" 🤣). Antes de empezar, hacé una lista detallada de todas las actividades que vayas a hacer en ese espacio y de los objetos que cada una requiera. Pensá en cada detalle: ¿Vas a trabajar desde casa? Entonces considerá cuánto espacio y qué elementos vas a necesitar, desde la computadora hasta los documentos y cables. ¿Te gusta mucho tomar café y tenés una colección de cafeteras? ¿Cuánto espacio ocupan? ¿Cerca de qué necesitás estén?
Para que te des una idea del detalle que vas a necesitar te cuento que estamos trabajando en un proyecto en el que los clientes nos pidieron específicamente una casita donde su aspiradora robot pudiera guardarse sola 🤗.
2. Tomá decisiones que permitan una lectura integral del espacio
Un ambiente integrado debe sentirse tal como la palabra lo indica: integrado. Y es el tema que más peligra cuando no estamos pudiendo tener una visión general del ambiente. Para lograr esto, es vital tomar decisiones que unifiquen visualmente el espacio, cosa que podés hacer mediante:
Una paleta coherente de colores y materiales: Decidí un criterio y trasladalo a todo el espacio: ¿vas a trabajar con tonos neutros?, ¿o con colores pasteles? ¿estás pensando en un espacio ecléctico? ¿o más bien tradicional? ¿Vas a trabajar con una paleta uniforme? ¿O querés resaltar detalles o situaciones con color?.
Muebles que unifiquen visualmente: Optá por muebles que se adapten bien entre sí o que resuelvan más de una situación. E intentá agruparlos por función ☝🏻 pero también por forma✌🏻: si vas a tener dos muebles altos uno al lado del otro quizás es preferible pensar en uno solo que resuelva ambas funciones. Por ejemplo, un rack de tv puede transformarse también en un escritorio para que puedas trabajar.
3. Y a la vez, sectorizá
La sectorización va a hacer que te sientas cómodo/a en cada uno de los espacios. Esto se puede lograr de muchas maneras.
Usar diferentes tipos de iluminación para distintas áreas puede ayudar a definir espacios sin necesidad de paredes. Lámparas colgantes sobre la mesa del comedor, luces empotradas en la cocina y lámparas de pie en la sala de estar pueden crear zonas visualmente separadas.
Las alfombras son una excelente herramienta para sectorizar. Una alfombra grande bajo la mesa del comedor o del sector del living puede ayudarte a delinear claramente un espacio donde te sientas contenido/a.
Podés generar agrupaciones de cuadros asociados a determinado espacio que termine de armar un rincón.
4. Jerarquizá
Cuando pensamos en un monoambiente o ambiente integrado, es natural querer dividir el espacio en una sucesión de "micro-espacios": living, comedor, cocina y dormitorio. Pero esto puede llevar que cada uno de esos “micro-espacios” nos quede apretado y poco funcional.
Te recomiendo salirte del esquema tradicional de funciones y pensar qué es lo realmente importante para vos.
¿Te gusta cocinar? Bueno, quizás tu casa es en realidad una gran cocina, con “barra-comedor“ y el living desaparece como tal. ¿Sos de recibir visitas? Quizás en tu espacio el protagonista es un sillón gigante, con una mega alfombra para andar descalzo/a y la cocina y la cama se reducen a un pequeño mueble de usos flexibles.
Existen tantos diseños posibles como personas hay en el mundo 👩🏼🦱🧑🏾👨🏻🦰👳🏻🧕🏽🦸🏾♂️🧙🏻♀️.
5. Sé flexible
Es probable que no uses todos los espacios al mismo tiempo, así que te recomiendo cierta flexibilidad al decidir el tipo y la cantidad de muebles que vas a tener.
Podés optar por mesas que puedan extenderse cuando tengas visitas, pero que en el día a día ocupen menos espacio. O considerar asientos que sirvan tanto de cama como de sillón. Aunque no soy fan de las camas revatibles, admito que en espacios reducidos pueden ser una opción muy potente.
La flexibilidad te la puede dar también una buena planificación de la iluminación. Usar luces dimerizables, te puede permitir transformar un espacio “sobrio”de trabajo en un rincón acogedor para mirar una peli.
Pensar en ambientes integrados no solo optimiza el espacio, sino que también puede mejorar significativamente tu calidad de vida. Y con un poco de planificación y creatividad, cada rincón de tu casa puede ser funcional y acogedor, sin importar cuán pequeño sea tu espacio.
Buena semana ❤
